Érase una vez un retrato

En la galería Esther Montoriol de Barcelona en la que realicé la exposición "Val de retro" existe un espacio subterráneo que sólo es visible a través de una ventana en el suelo de la sala. Enmarqué dicha ventana con un marco dorado y llené el espacio de infinitas reproducciones de la Mona Lisa. Mejor dicho, de infinitos objetos con su imagen. El marco no encuadraba la Mona Lisa, sino el fenómeno sociológico. Los objetos eran parte de una colección que comencé hace muchísimos años.

At the gallery Esther Montoriol in Barcelona where I held the "Val de retro" exhibition, there is an underground area that is only visible through a window in the floor of the room. I put a golden frame around that window, and filled the space with infinite reproductions of the Mona Lisa. Or should I say, with infinite objects bearing her image. The idea was not to frame the Mona Lisa, but the sociological phenomenon surrounding her. The objects were part of a collection I started many years ago.



Érase una vez un retrato
Instalación de objetos.
Galeria Esther Montoriol. 2001.























EL PAÍS, jueves 12 de julio de 2001



























Personalidad múltiple
EL PAÍS, Jaume Vidal
El arte es una buena manera de mostrar los diversos rasgos de carácter, a  veces antagónicos, que esconde la personalidad de quien escoge esta forma de comunicación. El origen del  trabajo de De Val se encuentra en la necesidad de expresar de manera artística las variadas inquietudes que lo motivan. Por eso ha utilizado personalidades diversas, expresadas en heterónimos. De Val hace un repaso de su trayectoria en la galería Esther Montoriol. En la misma sala expone Clara Brasca, que presenta  una serie de cuerpos desnudos. Con la indicación de nombres diferentes en los títulos de las obras demuestra que se trata de personas distintas, pero la plasmación plástica de óleo sobre lino unifica los rasgos personales que permanecen en secreto. Las múltiples personalidades se sintetizan ahora en una sola, idealizada.
Se suele identificar la obra de De Val (Barcelona, 1956) con la de los lomos de libros de nombres sugerentes, el De Val de bibliotecas inexistentes, pero bien halladas. El trabajo de De Val es tentacular. En la última edición de la feria New Art presentaba una crítica a la mercantilización del arte haciendo una asimilación al mundo de las competiciones de motor fuertemente dirigidas por las marcas publicitarias. La crítica al mercado del arte desde el mismo mundo del arte también se encuentra presente en Habitación en Arlés, donde el artista ordena todos los elementos que pueden ser robados del cuadro La Habitación del artista, de Van Gogh, verdadero paradigma de los contrasentidos del mundo del arte. De Val hace arte reflexionando sobre el arte. Sus pensamientos en voz alta tratan de evidenciar cómo la raya que sitúa la verdad y la mentira en territorios diferentes es débil y diluida. Y eso, aplicado a la creación artística, hace pensar en el mitificado concepto de obra auténtica y obra falsa. Por eso en esta antológica hay obras que podrían ser auténticos brossas o duchamps.
Cuando duda o cree que necesita un lenguaje diferente, De Val utiliza firmas heterónimas. Este recurso, de lúdica honestidad, hace que firme con su nombre las tendencias que van definiéndose como auténticas dentro de su manera de hacer artística. Así, las obras atribuidas a sus alias dejan de ser juegos conceptuales y estilísticos para convertirse en auténticas piezas deval.
Esta exposición tiene el aliciente de mostrar una selección de las 3.000 piezas que forman parte de la colección De Val de objetos con la imagen de la Mona Lisa. Podría considerarse una obra más del artista.